El razonamiento verbal es la capacidad de entender conceptos formulados en palabras. Esta habilidad permite abstraer, generalizar y pensar constructivamente. No se trata, simplemente de la sola fluidez verbal o el reconocimiento de una serie de palabras.

Para medir esta capacidad, en el examen de la Comipems se plantean 16 preguntas, cantidad que está dividida en dos grupos:

  • La capacidad para reconocer sinónimos, antónimos y analogías, la cual se explora con ocho o nueve preguntas.
  • La comprensión lectora, la cual se evalúa con siete u ocho preguntas en torno al contenido de textos de diferente extensión.

Esta sección del examen se debe responder en 25 minutos o menos. No es sencillo pues en ocasiones los textos son muy largos y te tomará tiempo leerlos y releerlos para encontrar la respuesta correcta a cada pregunta.

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Cada que realices esta prueba diagnóstica se presentarán algunas preguntas diferentes. ¡Suerte!

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Simulador Comipems. Razonamiento verbal

El tema central se refiere a la cuestión sobre la cual el autor comunica algo. Se debe leer con atención para poder interpretar correctamente lo que el autor pretende decir. 

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Estudios demuestran que la lectura de ficción puede ayudar a mejorar las tendencias empáticas en las personas tanto que el cerebro usa las mismas regiones cuando se lee una historia que cuando se actúa por empatía. Leer ficción literaria que incite una gran simpatía hacia los personajes es una medida muy adecuada para poner en práctica esta teoría de la mente relativa a la función de la lectura en el desarrollo de las personas.
¿Cuál es la idea principal del texto?

Intenta anteponer a cada enunciado alguna de las expresiones propias para exponer una opinión: Considero que "el número de océanos de la Tierra" es...

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Clasifica los textos que aparecen a continuación, en función de lo que cada uno expresa.

Tipo
Ejemplo
1. Hechos

2. Opiniones
a) El número de océanos en la Tierra

b) Los beneficios de dormir siesta

c) La clasificación de los elementos en la tabla periódica

d) La calidad de los partidos políticos

e) El número de estaciones que tiene el año

f) Las tres cualidades primciales de un buen actor

Lee con atención para encontrar la secuencia de los acontecimientos. Puedes numerar los acontecimientos en el examen para que te resulte más sencillo encontrar la respuesta correcta.

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Ordena los acontecimientos cronológicamente.
Era ya de noche cuando más tranquilo repasó lo sucedido aquel día. Había corrido cuando menos tres kilómetros cuando escuchó a lo lejos el ulular de las patrullas, en ese momento supo que se encontraba a salvo; no como cuando escuchó el sonido seco de los primeros balazos. Aquella mañana, Roberto, sin saberlo, estacionó su auto justo enfrente de los asaltantes y de buen humor les preguntó si estaba prohibido estacionarse ahí; uno de ellos, desconcertado, dijo que no sabía. Momentos más tarde, lo volvió a encontrar cuando salía del banco a la carrera y con un arma en la mano; se miraron a los ojos y cuando observó que levantaba su arma hacia él echó a correr, escuchó un par de detonaciones y supo que su vida estaba en peligro.

  1. Supo que estaba a salvo
  2. Escuchó varios impactos de bala
  3. Corrió tres kilómetros
  4. Reconoció al asaltante
  5. Se estacionó frente a los asaltantes

Observa que se trata de una relación entidad-campo de acción.

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Selecciona la opción cuyo relación sea semejante a la de las palabras en negritas.
abogado es a ley como... 

Observa que se trata de una relación de semejanza.

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Selecciona la opción cuyo relación sea semejante a la de las palabras en negritas.
partidario es a adepto como...

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España reconoce la Independencia de México
Quince años tuvieron que pasar para que España reconociera formalmente que había perdido el control de su colonia más preciada: la Nueva España, la cual se había independizado desde 1821, iniciando su azaroso destino como nación soberana. Entonces, a la inestabilidad política del joven país, que no terminaba de decidir qué modelo regiría su devenir, había que sumar las presiones externas encabezadas por las pretensiones de reconquista española y el empecinamiento del rey Fernando VII, quien nunca se resignó a perder las posiciones americanas del gran imperio que heredara de su padre.
[1] España intentó varias veces recuperar a su hija predilecta. [2] La primera se quedó en proyecto y pretendía contar con el apoyo de la Santa Alianza (Austria, Rusia y Prusia), pero Inglaterra y Francia se opusieron, impidiendo que la invasión prosperara. [3] El segundo intento llegó hasta las costas mexicanas con la desastrosa aventura de Isidro Barradas en 1829.
Una nueva majestad en España en la figura de la reina regente María Cristina, quien gobernaba en nombre de su hija Isabel II —aún menor de edad—, sumada a la crisis económica en que las continuas guerras y el mal gobierno habían sumido a la península ibérica, cambiaron la visión de ese imperio respecto a sus antiguas posesiones, que entonces empezaron a llamar su atención como posibles socios comerciales. Inició así el acercamiento con la principal de sus antiguas colonias.
Finalmente, después de varias aproximaciones y tras un año de negociaciones, el ministro plenipotenciario enviado por México, Miguel Santa María, y su par de la regencia española, José María Calatrava, lograron la redacción final del Tratado definitivo de paz y amistad entre la República Mexicana y S.M.C. la Reina Gobernadora de España, conocido como Tratado Santa María-Calatrava.
Un cuarto de siglo de enemistad diplomática quedaba zanjado con el primer artículo del tratado: “S.M. la Reina Gobernadora de las Españas, a nombre de su augusta hija Doña Isabel II, reconoce como nación libre, soberana e independiente la República Mexicana […] y S.M. renuncia, tanto por sí, como por sus herederos y sucesores, a toda pretensión al gobierno, propiedad y derecho territorial de dichos estados y países”.
Y el segundo abría la puerta de la reconciliación: “Habrá total olvido de lo pasado, y una amnistía general y completa para todos los mexicanos y españoles, sin excepción alguna, que puedan hallarse expulsados, ausentes, desterrados, ocultos, o que por acaso estuvieren presos o confinados sin conocimiento de los gobiernos respectivos, cualquiera que sea el partido que hubiesen seguido durante las guerras y disensiones felizmente terminadas por el presente tratado”.
¿Qué tipo de relación se registra entre los enunciados 1 y 2 del segundo párrafo?

El año no está en el texto, pero hay datos que permiten determinarlo.

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España reconoce la Independencia de México
Quince años tuvieron que pasar para que España reconociera formalmente que había perdido el control de su colonia más preciada: la Nueva España, la cual se había independizado desde 1821, iniciando su azaroso destino como nación soberana. Entonces, a la inestabilidad política del joven país, que no terminaba de decidir qué modelo regiría su devenir, había que sumar las presiones externas encabezadas por las pretensiones de reconquista española y el empecinamiento del rey Fernando VII, quien nunca se resignó a perder las posiciones americanas del gran imperio que heredara de su padre.
[1] España intentó varias veces recuperar a su hija predilecta. [2] La primera se quedó en proyecto y pretendía contar con el apoyo de la Santa Alianza (Austria, Rusia y Prusia), pero Inglaterra y Francia se opusieron, impidiendo que la invasión prosperara. [3] El segundo intento llegó hasta las costas mexicanas con la desastrosa aventura de Isidro Barradas en 1829.
Una nueva majestad en España en la figura de la reina regente María Cristina, quien gobernaba en nombre de su hija Isabel II —aún menor de edad—, sumada a la crisis económica en que las continuas guerras y el mal gobierno habían sumido a la península ibérica, cambiaron la visión de ese imperio respecto a sus antiguas posesiones, que entonces empezaron a llamar su atención como posibles socios comerciales. Inició así el acercamiento con la principal de sus antiguas colonias.
Finalmente, después de varias aproximaciones y tras un año de negociaciones, el ministro plenipotenciario enviado por México, Miguel Santa María, y su par de la regencia española, José María Calatrava, lograron la redacción final del Tratado definitivo de paz y amistad entre la República Mexicana y S.M.C. la Reina Gobernadora de España, conocido como Tratado Santa María-Calatrava.
Un cuarto de siglo de enemistad diplomática quedaba zanjado con el primer artículo del tratado: “S.M. la Reina Gobernadora de las Españas, a nombre de su augusta hija Doña Isabel II, reconoce como nación libre, soberana e independiente la República Mexicana […] y S.M. renuncia, tanto por sí, como por sus herederos y sucesores, a toda pretensión al gobierno, propiedad y derecho territorial de dichos estados y países”.
Y el segundo abría la puerta de la reconciliación: “Habrá total olvido de lo pasado, y una amnistía general y completa para todos los mexicanos y españoles, sin excepción alguna, que puedan hallarse expulsados, ausentes, desterrados, ocultos, o que por acaso estuvieren presos o confinados sin conocimiento de los gobiernos respectivos, cualquiera que sea el partido que hubiesen seguido durante las guerras y disensiones felizmente terminadas por el presente tratado”.
¿En qué año España reconoció la independencia de México?

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Era ya de noche cuando más tranquilo repasó lo sucedido aquel día. Había corrido cuando menos tres kilómetros cuando escuchó a lo lejos el ulular de las patrullas, en ese momento supo que se encontraba a salvo; no como cuando escuchó el sonido seco de los primeros balazos. Aquella mañana, Roberto, sin saberlo, estacionó su auto justo enfrente de los asaltantes y de buen humor les preguntó si estaba prohibido estacionarse ahí; uno de ellos, desconcertado, dijo que no sabía. Momentos más tarde, lo volvió a encontrar cuando salía del banco a la carrera y con un arma en la mano; se miraron a los ojos y cuando observó que levantaba su arma hacia él echó a correr, escuchó un par de detonaciones y supo que su vida estaba en peligro.
Roberto empezó a correr…

El tema central se refiere a la cuestión sobre la cual el autor comunica algo. Se debe leer con atención para poder interpretar correctamente lo que el autor pretende decir. 

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Estudios demuestran que la lectura de ficción puede ayudar a mejorar las tendencias empáticas en las personas tanto que el cerebro usa las mismas regiones cuando se lee una historia que cuando se actúa por empatía. Leer ficción literaria que incite una gran simpatía hacia los personajes es una medida muy adecuada para poner en práctica esta teoría de la mente relativa a la función de la lectura en el desarrollo de las personas.
¿Cuál es la idea principal del texto?

Observa que se te solicita lo opuesto o antónimo de emerge, no un sinónimo.

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Elije la opción cuyo significado sea opuesto a la palabra en negritas:
De tu mirada emerge a veces la costa del espanto. (Poema 7, Pablo Neruda)

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